domingo, 29 de diciembre de 2019

Bloque II - Selección de cuentos folclóricos. Modificado.

SELECCIÓN DE CUENTOS FOLCLÓRICOS.     
 El origen de la palabra “folclore” fue acuñado por William John Thoms (1846), sustituyendo al concepto de “antigüedades populares”. El folclore hace referencia a diferentes aspectos de la cultura popular y sus tres características fundamentales son el anonimato, la oralidad y la multiplicidad de variantes.
Dentro de la literatura folclórica existen varios tipos:
  • Literatura folclórica en verso y prosa; Se relaciona con el juego, la música y el arte del movimiento corporal. El folclore en prosa se considera literatura de grupo o de familia, no para niños. Mitos, leyendas, fábulas y cuentos son los principales tipos de cuentos folclóricos en prosa.
  • Teatro folclórico, representado por títeres (títeres de cachiporra tradicionales en España), marionetas o guiñoles. 
  • Poesía folclórica que suelen ser retahílas, juegos de tiento entre otros.

Los Hermanos Grimm, Jacob Grimm (1785-1863) y Wilhelm Grimm (1786-1859), nacieron en Alemania. Tuvieron un gran influjo en la literatura infantil y su popularidad de sus cuentos, fábulas y relatos sigue haciendo ruido. Recogieron numerosos cuentos de distinta tradición y crearon una colección de cuentos que se conoció como Cuentos infantiles y del hogar
Charles Perrault y Christian Andersen, también recopilaron numerosas versiones, pero la versión original, al ser cuentos folclóricos, se conocían a través de la oralidad. Por ello nunca se sabrá la versión original, ni el autor

Como futuros docentes, debemos tener en cuenta cada recurso que utilizaremos en las aulas. A continuación podremos ver algunos de los cuentos folclóricos con su análisis. Antes de empezar hay que saber que son cuentos que se utilizarán de forma oral. Es decir como profesionales será nuestra responsabilidad.
    
Los cuentos que vamos a analizar a continuación son;
  • Arturo y el mago Merlín. 
  • La serpiente blanca. 
  • El cultivo del oro. 

    1.1 ARTURO Y EL MAGO MERLÍN.

    Érase una vez, en un reino llamado Britania, hace varios siglos nació el príncipe Arturo, hijo del rey Uther. Su madre había muerto poco después del parto, por eso, el rey entregó el bebé al fiel mago Merlín, con el fin de que lo educara. Merlín decidió llevar a Arturo al castillo de un caballero que tenía un pequeño hijo llamado Kay. Por la seguridad del príncipe, el mago ocultó la identidad de su protegido. Cada día, el leal Merlín enseñaba al pequeño Arturo todas las ciencias y, con sus dotes de gran mago, le explicaba los inventos del futuro y muchas fórmulas mágicas más.
    Pasaron los años y el rey Uther murió sin dejar descendencia conocida, así que los caballeros fueron en busca de Merlín:

    -Hemos de elegir al nuevo rey -dijeron. Y el mago, haciendo aparecer una espada clavada a un yunque de hierro, les dijo:

    -Esta es la espada Excalibur. Quien logre sacarla ¡será el rey!

    Los caballeros probaron uno a uno pero, a pesar de todo su empeño, no lograron moverla. Arturo y Kay, que eran ya dos vigorosos mozos, iban a participar en un torneo de la ciudad. Al acudir al evento, Arturo reparó en que había olvidado la espada de Kay en la posada. Corrió allí pero el local ya estaba cerrado. Arturo se desesperó. Sin su espada, Kay estaría eliminado del torneo. Descubrió así la espada Excalibur.

    Tiró de ella y un rayo de luz cayó sobre él, extrayéndola con toda facilidad. Kay vio el sello de la Excalibur y se lo contó a su padre, quien ordenó a Arturo que la devolviera y así volvió a clavarla en el yunque. Los nobles intentaron sacarla de nuevo, pero fue inútil. Hasta que Arturo de nuevo tomó la empuñadura, volvió a caer un rayo de luz, y la extrajo sin el menor esfuerzo. Todos admitieron que aquel joven, sin título alguno, debía ser el rey de Britania; y desfilaron ante él, jurándole fidelidad.
    Merlín, feliz y humilde por su accionar, se retiró a su morada. Pero no pasó mucho tiempo cuando un grupo de traidores se levantó en armas contra el joven monarca. Merlín intervino, confesando que Arturo era el único hijo del rey Uther; pero los desleales siguieron en guerra hasta que, al fin, fueron derrotados, gracias al valor de Arturo y a la magia de Merlín. Para evitar que la traición se repitiera, Arturo creó la gran mesa redonda, integrada por los caballeros leales al reino. Se casó con la princesa Ginebra y vivieron años de dicha y prosperidad.
    -Ya puedes reinar sin mis consejos -le dijo Merlín en su despedida- y sigue siendo un rey justo, que la historia te premiará.

    FIN.



    Justificación de la elección.
    La razón por la que he escogido este cuento es porque siempre he sido muy artúrica, me gustaba mucho cuando era niña y mi padre y yo compartíamos el gusto por Las leyendas artúricas.

    Elección de la edad.
    Este es uno de los cuento folclóricos, que  pese a ser muy reconocido, es uno de los que más  evolución ha podido tener. Lo escogería para utilizarlo en el ámbito de 5º o 6º de primaria, analizando previamente la psicología evolutiva de cada uno de ellos. Sin embargo optaría por 6º de educación primaria. Dentro de los temas más acogidos por los alumnos de estas edades la figura de los héroes suele ser bien recibida. Sin embargo al contrario que ocurre con los libros de autor, los personajes de los cuentos folclóricos no deben aspirar a que los niños pequeños se identifiquen con ellos (ya que son adolescentes o jóvenes en su mayoría). Son personajes que los niños "quieren ser", a los que quisieran parecerse cuando sean mayores.  Los cuentos fantásticos y las aventuras hacen que los niños sientan atracción hacia la literatura y les motiva a seguir leyendo. Al ser cuentos folclóricos, no son historias muy extensas y de esta forma podemos hacer que incluso aquellos niños que ven "aburrida" la lectura se animen poco a poco. Mantienen un proyecto de identificación con sus héroes. Al ser cuentos folclóricos no presenta un material de edición, ni ilustraciones, ya que su característica más importante es la oralidad. Los niños sobre todos a rasgos generales los chicos al no ser tan emocionales en comparación con las niñas van a preferir cuentos que traten de héroes, aventuras y hazañas y las niñas suelen acoger el sentimiento romántico antes que ellos. Esto no quiere decir que se cumpla al 100%.

    Adaptación o mejoras del cuento. 
    Arturo y el mago Merlín es en particular una de mis historias favoritas. Al llevarlo al aula lo embellecería un poco más, sin dar más detalles de lo necesario. Así estoy segura de conseguir llamar la atención de manera más clara y general , pero de no recargar de manera innecesaria el cuento.Lo llevaría más a mi terreno de forma que no lo cambiaría, sino que lo transformaría en algo propio y podría manejarlo mejor con los niños.  También tendría cuidado con el espacio - tiempo que en el texto se utiliza, ya que en mi opinión hace algunos saltos de tiempo que creo que pueden despistar. Suceden de manera muy rápida y no dejan que la historia evolucione de manera natural. A la hora de emerger a los niños en la historia debemos motivarles, y la forma en la que se cuenta es muy importante para ellos.

    Proceso de narración. 
    La narración del cuento sería en clase, de forma imprevista para los alumnos. Quiero que sea sorpresa, y que sientan incertidumbre al principio del cuento. Lo contaría directamente, sin relacionarlos con ningún otro tema, por lo menos al principio no. 

    Preguntas que plantearía. 
    La literatura es simbólica y los niños descubrirán a partir de ciertas preguntas el simbolismo que se representa a través de los personajes, las acciones que llevan a cabo, objetivos o la motivación que sienten. 
    - ¿ Que os ha parecido el cuento?
    - ¿Cambiaríais algo del cuento?
    - ¿Cómo creéis que era la relación entre Merlín y Arturo? 
    - ¿Cómo creéis que fue la infancia de Arturo? 
    - ¿La relación de Kay y Arturo fue buena? 
    - ¿Por qué Merlín eligió una espada para probar a Arturo y no otro objeto?
    -  Si pudieras elegir un personaje. ¿Quién serías? ¿Por qué?


    1.2 LA SERPIENTE BLANCA.

    Hace ya de esto mucho tiempo, que vivía un rey, famoso en todo el país por su sabiduría. Nada le era oculto; se habría dicho que por el aire le llegaban noticias de las cosas más recónditas y secretas. Tenía, empero, una singular costumbre. Cada mediodía, una vez retirada la mesa y cuando nadie se hallaba presente, un criado de confianza le servía un plato más. Estaba tapado, y nadie sabía lo que contenía, ni el mismo servidor, pues el Rey no lo descubría ni comía de él hasta encontrarse completamente solo. Las cosas siguieron así durante mucho tiempo, cuando un día le picó al criado una curiosidad irresistible y se llevó la fuente a su habitación. Cerrado que hubo la puerta con todo cuidado, levantó la tapadera y vio que en la bandeja había una serpiente blanca. No pudo reprimir el antojo de probarla; cortó un pedacito y se lo llevó a la boca. Apenas lo hubo tocado con la lengua, oyó un extraño susurro de melódicas voces que venía de la ventana; al acercarse y prestar oído, observó que eran gorriones que hablaban entre sí, contándose mil cosas que vieran en campos y bosques. A comer aquel pedacito de serpiente había recibido el don de entender el lenguaje de los animales.

    Sucedió que aquel mismo día se extravió la sortija más hermosa de la Reina, y la sospecha recayó sobre el fiel servidor que tenía acceso a todas las habitaciones. El Rey le mandó comparecer a su presencia, y, en los términos más duros, lo amenazó con que, si para el día siguiente no lograba descubrir al ladrón, se le tendría por tal y sería ajusticiado. De nada sirvió al leal criado protestar de su inocencia; el Rey lo hizo salir sin retirar su amenaza. Lleno de temor y congoja, bajó el patio, siempre cavilando la manera de salir del apuro, cuando observó tres patos que solazaban tranquilamente en el arroyo, alisándose las plumas con el pico y sosteniendo una animada conversación. El criado se detuvo a escucharlos. Se relataban dónde habían pasado la mañana y lo que habían encontrado para comer. Uno de ellos dijo malhumorado:

    -Siento un peso en el estómago; con las prisas me he tragado una sortija que estaba al pie de la ventana de la Reina.

    Sin pensarlo más, el criado lo agarró por el cuello, lo llevó a la cocina y dijo al cocinero:

    -Mata éste, que ya está bastante cebado.
    -Dices verdad -asintió el cocinero sopesándolo con la mano-; se ha dado buena maña en engordar y está pidiendo ya que lo pongan en el asador.

    Le cortó el cuello y, al vaciarlo, apareció en su estómago el anillo de la Reina. Fácil le fue al criado probar al Rey su inocencia, y, queriendo éste reparar su injusticia, ofreció a su servidor la gracia que él eligiera, prometiendo darle el cargo que más apeteciera en su Corte.
    El criado declinó este honor y se limitó a pedir un caballo y dinero para el viaje, pues deseaba ver el mundo y pasarse un tiempo recorriéndolo. Otorgada su petición se puso en camino y un buen día llegó junto a un estanque, donde observó tres peces que habían quedado aprisionados entre las cañas y pugnaban, jadeantes, por volver al agua. Digan lo que digan de que los peces son mudos, lo cierto es que el hombre entendió muy bien las quejas de aquellos animales, que se lamentaban de verse condenados a una muerte tan miserable. Siendo, como era, de corazón compasivo, se apeó y devolvió los tres peces al agua. Coleando de alegría y asomando las cabezas, le dijeron:

    -Nos acordaremos de que nos salvaste la vida, y ocasión tendremos de pagártelo.
    Siguió el mozo cabalgando, y al cabo de un rato le pareció como si percibiera una voz procedente de la arena, a sus pies. Aguzando el oído, se dio cuenta de que era un rey de las hormigas que se quejaba:

    -¡Si al menos esos hombres, con sus torpes animales, nos dejaran tranquilas! Este caballo estúpido, con sus pesados cascos, está aplastando sin compasión a mis gentes.
    El jinete torció hacia un camino que seguía al lado, y el rey de las hormigas le gritó:

    -¡Nos acordaremos y te lo pagaremos!

    La ruta lo condujo a un bosque, y allí vio una pareja de cuervos que, al borde de su nido, arrojaban de él a sus hijos:

    -¡Fuera de aquí, trúhanes! -les gritaban-. No podemos seguir alimentándolos; ya tienen edad para buscarse pitanza.
    Los pobres pequeñuelos estaban en el suelo, agitando sus débiles alitas y lloriqueando:

    -¡Infelices de nosotros, desvalidos, que hemos de buscarnos la comida y todavía no sabemos volar! ¿Qué vamos a hacer, sino morirnos de hambre? Se apeó el mozo, mató al caballo de un sablazo y dejó su cuerpo para pasto de los pequeños cuervos, los cuales se lanzaron a saltos sobre la presa y, una vez hartos, dijeron a su bienhechor:

    -¡Nos acordaremos y te lo pagaremos!

    El criado hubo de proseguir su ruta a pie, y, al cabo de muchas horas, llegó a una gran ciudad. Las calles rebullían de gente, y se observaba una gran excitación; en esto apareció un pregonero montado a caballo, haciendo saber que la hija del rey buscaba esposo. Quien se atreviese a pretenderla debía, empero, realizar una difícil hazaña: si la cumplía recibiría la mano de la princesa; pero si fracasaba, perdería la vida.

    Eran muchos los que lo habían intentado ya, mas perecieron en la empresa. El joven vio a la princesa y quedó de tal modo deslumbrado por su hermosura, que, desafiando todo peligro, se presentó ante el Rey a pedir la mano de su hija. Lo condujeron mar adentro y en su presencia arrojaron al fondo un anillo. El Rey le mandó que recuperase la joya, y añadió:

    -Si vuelves sin ella, serás precipitado al mar hasta que mueras ahogado.

    Todos los presentes se compadecían del apuesto mozo, a quien dejaron solo en la playa. El joven se quedó allí, pensando en la manera de salir de su apuro. De pronto vio tres peces que se le acercaban juntos, y que no eran sino aquellos que él había salvado. El que venía en medio llevaba en la boca una concha, que depositó en la playa, a los pies del joven. Éste la recogió para abrirla, y en su interior apareció el anillo de oro.

    Saltando de contento, corrió a llevarlo al rey, con la esperanza de que se le concediese la prometida recompensa. Pero la soberbia princesa, al saber que su pretendiente era de linaje inferior, lo rechazó, exigiéndole la realización de un nuevo trabajo. Salió al jardín, y esparció entre la hierba diez sacos llenos de mijo:

    -Mañana, antes de que salga el sol, debes haberlo recogido todo, sin que falte un grano.

    Se sentó el doncel en el jardín y se puso a cavilar sobre el modo de cumplir aquel mandato. Pero no se le ocurría nada, y se puso muy triste al pensar que a la mañana siguiente sería conducido al patíbulo. Pero cuando los primeros rayos del sol iluminaron el jardín… ¡Qué era aquello que veía! ¡Los diez estaban completamente llenos y bien alineados, sin que faltase un grano de mijo! Por la noche había acudido el rey de las hormigas con sus miles y miles de súbditos, y los agradecidos animalitos habían recogido el mijo con gran diligencia, y lo habían depositado en los sacos.
     Bajó la princesa en persona al jardín y pudo ver con asombro que el joven había salido con bien de la prueba. Pero su corazón orgulloso no estaba aplacado aún, y dijo:

    -Aunque haya realizado los dos trabajos, no será mi esposo hasta que me traiga una manzana del Árbol de la Vida.

    El pretendiente ignoraba dónde crecía aquel árbol. Se puso en camino, dispuesto a no detenerse mientras lo sostuviesen las piernas, aunque no abrigaba esperanza alguna de encontrar lo que buscaba. Cuando hubo recorrido ya tres reinos, un atardecer llegó a un bosque y se tendió a dormir debajo de un árbol; de súbito, oyó un rumor entre las ramas, al tiempo que una manzana de oro le caía en la mano. Un instante después bajaron volando tres cuervos, que, posándose sobre sus rodillas, le dijeron:

    -Somos aquellos cuervos pequeños que salvaste de morir de hambre. Cuando, ya crecidos, supimos que andabas en busca de la manzana de oro, cruzamos el mar volando y llegamos hasta el confín del mundo, donde crece el Árbol de la Vida, para traerte la fruta.

    Loco de contento, reemprendió el mozo el camino de regreso para llevar la manzana de oro a la princesa, la cual no puso ya más dilaciones. Partieron la manzana de la vida y se la comieron juntos. Entonces se encendió en el corazón de la doncella un gran amor por su prometido, y vivieron felices hasta una edad muy avanzada.




    Justificación de la elección. 
    Partiendo de un punto de desconocimiento, el cuento es increíblemente bonito. Llegue a leerlo de casualidad, por que al principio, cuando leí el título y vi la palabra "serpiente" no me ilusionó especialmente. No es el animal que mas gracia me haga. Me dan miedo las serpientes.

    Elección de edad. 
    Analizando el contenido de este cuento puede ser orientado para los cursos de 3ª y 4º de primaria. Aunque realmente como son cuentos folclóricos, son cuentos para contar, no para leer. Por ello el cuento quedará alterado en cuanto lo narres como profesor. Siempre va a ser el maestro el que “altere” el lenguaje del cuento y por ello dependiendo de esto podremos logar dirigirlo a un curso específico. Sin embargo me decanto, en un primer barrido, por 3º de primaria. Los niños siguen en edad de desarrollo y empiezan a hacer críticas negativas y positivas sobre lo que está bien y está mal. Entre sus temas favoritos, pueden destacar  aquellos donde se encuentran intervenciones con animales tanto reales, como fantásticos. Este en especial presenta  intervención de animales, con el personaje. Para las niñas, que por su anatomía cerebral, son más emocionales que los niños y a temprana edad, les suelen llamar la atención temas amorosos. Por suerte en este cuento no se centra tanto en eso, sino que solo en el final hay un pequeño argumento romántico y ni siquiera entra en detalles. Esto permite que tanto niños como niñas se interesen por el cuento. Al contrario que ocurre con los libros de autor, los personajes de los cuentos folclóricos no deben aspirar a que los niños pequeños se identifiquen con ellos (ya que son adolescentes o jóvenes en su mayoría). Son personajes que los niños "quieren ser", a los que quisieran parecerse cuando sean mayores.

    Adaptación o mejoras del cuento. 
    Realmente no estoy muy segura de que cambios realizaría ya que creo que los niños deben conocer la versión y luego ellos elegir si les gusta o no... A mi por ejemplo no me gusta el sacrificio que realiza el mozo con su caballo para que se lo coman los cuervos, pero tampoco creo que haga falta cambiarlo. Tenemos que educar a los niños a saber que hay cosas bien y cosas menos bien. Que puede ser ético y que no... protegerles mucho no es algo que psicológicamente les ayude  su desarrollo. Tienen que ser conscientes objetivamente de todo y también reflexionar personalmente.

    Proceso de narración.
    La narración del cuento siempre va a ocurrir en un horario de clase. Sin embargo, se podría optar a contar en un horario de tutoría, en relación con alguno de los tema que trata el cuento. El conocimiento es uno de ellos, pero para estar en la edad en el que lo enfocamos no creo que sea el tema que más preocupe. Quizás en un barrido global los niños entiendan que a veces hay que hacer sacrificios para conseguir otra cosa. Y a su vez muy importante el trato hacia los demás, que "recoges los que siembras".

    Preguntas que plantearía.
    ¿Hizo bien el criado de probar aquella serpiente blanca, sabiendo que era uno de los secretos del rey?
    ¿Por qué creéis que el Rey sospechó del criado? 
    ¿Os gustaría entender a los animales?
    ¿Que opináis sobre el sacrificio que hizo el criado con su caballo?¿Lo harías tú?
    ¿Hubierais ayudado a los peces a volver al agua? 
    Sobre las hormigas, ¿alguna vez habéis cambiado vuestro camino al daros cuenta que molestáis a las hormigas?
    ¿Qué pensáis sobre los retos que implantaba la princesa?
    ¿Os gustaría que os casarán con alguien solo por superar unas pruebas? ¿Por qué?

    1.3 EL CULTIVO DEL ORO.

    Hace muchos años, en un lejano reino de Oriente, hubo una terrible sequía que arruinó las cosechas y empobreció a sus habitantes. Aquel año, el avaro sultán obligó a sus súbditos a pagar los impuestos como si nada hubiera ocurrido. 
    - ¿De dónde vamos a sacar el dinero? - se lamentaban-.
    Si apenas nos alcanza para comer...
    Algunos vecinos, preoucupados por la difícil situación, fueron a ver a Ibrahim, un hombre justo y muy respetado que tenía fama de sabio. 
    Él los escuchó y estuvo varios días pensando qué hacer. Por fin, una mañana, Ibrahim se dirigió a un camino por el que sabía que pasaría el sultán. Al cabo de un rato, lo vio venir, acompañado de un séquito. El hombre justo se puso a cribar arena. Cuando el sultán llegó a su altura, lo saludó piadosamente y le preguntó que estaba haciendo.
    - Escoger semillas de oro para cultivar, señor - respondió.
    Al sultán le estrañó la respuesta y siguió preguntando.
    - ¿Semillas de oro? Y, dime, ¿dan mucho fruto?
    - Pues... por cada pepita de oro puro que siembro, cosecho diez pasada una semana.
    Los ojos del sultán se iluminaron de avaricia.
    - Te propongo un trato - dijo- . Yo te daré el oro que quieras para sembrar. Cuando recolectes los frutos, dividirás en cinco partes la cosecha. Tú te quedarás con una y me darás el resto a mí.
    Ibrahim aceptó.
    Pocos días después se fue al palacio del sultán y pidió un kilo de oro para sembrar. Una semana más tarde, según lo acordado, volvió al palacio para entregar la parte de la cosecha que le correspondía al sultán. ¡Nada más y nada menos que ocho kilos de oro!

    Esta vez los sirvientes del sultán le entregaron a Ibrahim varios cofres repletos de oro para sembrar. Los cofres pesaban tanto que fueron necesarios varios camellos para transportarlos.
    Ya en el pueblo, Ibrahim se puso a repartir el oro entre los vecinos. Enseguida se corrió la voz y llegaron gentes de muchas aldeas del reino. El oro fue suficiente para todos y sirvió para aliviar su pobreza.
    A los siete días Ibrahim volvió al palacio, pero esta vez iba con las manos vacías. Cuando fue conducido ante el sultán, anunció:

    - Traigo malas noticias. Como no ha llovido nada, las pepitas se han secado. No tenemos cosecha. ¡Lo hemos perdido todo!
    El sultán contuvo su furia unos segundos y luego preguntó enfadado:
    ¿ Piensas que soy tan tonto como para creer que unas pepitas de oro puedan secarse?
    Ibrahim replicó:
    - ¿Y como creísteis entonces, señor, que las pepitas pudieran crecer y dar frutos?
    El sultán guardó silencio avergonzado, y el bueno de Ibrahim se marchó del palacio muy satisfecho de haberle dado un escarmiento.

    Justificación de la elección. 
    El cuento lo he elegido por una experiencia personal. Mi madre me contó este cuento una vez de niña y justamente lo encontré como un cuento popular, asique me dio nostalgia y mucha felicidad encontrarlo.

    Elección de edad. 
    En un primer barrido creo que es un cuento especial y recomendable para niños de de educación primaria. A estas edades comienzan a alease del puro egocentrismo y proponen un cambio de mentalidad sobre lo ético y lo no tan ético. Su razonamiento es más decisivo y como dice Gesell, se produce una especie de aquietamiento.  Sobre todo si tenemos en cuenta que se han superado ya muchos de los conflictos de las etapas anteriores y que el niño/a aún no está inmerso en las alteraciones biológicas y psicológicas de la pubertad. A partir de esta edad el niño va a atravesar prolongados periodos de calma y concentración. Será una etapa de asimilación. Todo esto hace que el niño/a se encuentre en disposición de realizar nuevos progresos y nuevas adquisiciones en lo que respecta al aprendizaje. En esta etapa el niño tendrá que enfrentarse definitivamente con la realidad externa y adaptar su comportamiento a las condiciones que este mundo real le impone. Con este cuento ellos conectarán con sus propios e individuales valores.

    En torno a los 8 - 9 años el niño/a se encuentra ubicado en un mundo material en el que los objetos ocupan un lugar determinado y los cambios están sometidos a unas estructuras temporales comunes a todos. El mundo material se halla contruido y entienden que valor social tiene cada una de las cosas, por ejemplo en este cuento, sabrán que el dinero y el poder es un tema principal que persigue todo el mundo desde los tiempos, es decir mejorar su situación economica y a través de esto su personal. 

    Le interesa todo y se siente atraído por todo lo que el mundo le va ofreciendo.  Esto le lleva guardar gran cantidad de objetos diversos. Sus bolsillos se convierten en un verdadero cofre de tesoros. El sentido del tiempo se empieza a tornar más práctico y detallado. El niño/a empieza a estar especialmente interesado en el espacio como elemento que le brinda su lugar en el mundo.
     


    Adaptación o mejoras del cuento.
    En una dirección clara de mejora  es difícil por que en mi opinión en un cuento sencillo y  si cambiara algo importante y trascendente los niños y niñas no encontrarían el punto de critica exacto y su reflexión no sería la misma. Lo único que se podría destacar es que el vocabulario consta de algunas palabras "nuevas" para ellos. Se encuentran en una etapa de expansión de su vocabulario, pero si las enterramos por sinónimos no podrán crecer en ese ámbito. 

    Proceso de narración. 
    Bajo mi punto de vista este cuento podría ser utilizado para intervenir si alguno de los alumnos ha tenido algún problema o mala conducta por ser avaricioso o grosero con algún compañero o compañera. Si por suerte no se diera este caso o fuera algo aislado y quisiéramos trabajar el currículo académico más allá que los propios objetivos didácticos, y trabajáramos contenidos éticos, ciudadanía y valores es un cuento muy apropiado que en una clase de tutoría estaría realmente bien hacerlo.

    Preguntas que plantearía. 
    ¿Os ha gustado el cuento? ¿Porqué? 
    ¿Qué opinais sobre que el sultán obligue, pese a la mala situación de sequía,  a pagar los impuestos?¿Qué haríais vosotros si estuvieraís en su lugar?
    ¿Creéis que Ibrahim hizo lo correcto con el sultán? ¿Es realemnte justo el engaño que hicieron los vecinos al avaro sultán? ¿Por qué?
    Si fuerais Ibrahim, ¿qué hubierais hecho para que el sultán entrara en razón y fuese más justo y benevolente con su pueblo?



    REFLEXIÓN GENERAL.
    Actualmente el papel de un docente cubre muchas necesidades de los niños, no solo en el ámbito educativo si no en el emocional. Como maestros nos encargamos de la evolución de los niños sin separarnos de su aprendizaje. Inculcamos valores éticos y en este caso al trabajar con cuentos de este calibre podemos incidir en ellos de forma didáctica y lingüística y hacerles reflexionar y formarse como humanos razonables. Como profesores debemos saber que nos vamos a encargar de muchas más cosas que no están dentro del currículo.

    BIBLIOGRAFÍA. 

    5 comentarios:

    1. Buenas cris he estado leyendo tu blog de cuentos folclóricos. Me gusta tu introducción al tema, con apuntes de Irune, hablas de los hermanos Grimm y de Charles Perrault y Christian Andersen contando un poco de ellos. En los tres cuentos folclóricos pones el cuento completo.

      Arturo y el mago merlín, un cuento muy conocido el cual has puesto en 5 o 6 de primaria. Considero que en sexto de primaria son ya muy mayores y muchos hasta conozcan ya la historia contada de padres a hijos o viendo la película. La adaptación al aula no me parece muy necesario si lo quieres contar en sexto de primaria. Las preguntas planteadas están bien, pero aun así añadiría más: ponles en la situación de ser ellos el personaje principal, o un personaje malo. Aprovecha que tienes al personaje del mago merlín para meter en tus preguntas si tienen alguna persona en su vida que se parezca al mago merlín. Te recomiendo que vayas a mi blog al mismo bloque y que veas el comentario que dejó Irune en mi blog. Así pude mejorar bastante las preguntas. Incluso para el bloque cuatro he seguido los mismos consejos. En el segundo cuento me parece muy correcta la edad a la que lo quieres dirigir e incluso pondría hasta más edad por el tema de sacrificio, pero como tu dices al final es algo que tienen que conocer. Me parece bien que no quieras adaptar mucho. En las preguntas te digo lo mismo. En el ultimo cuento la elección si me parece correcta y la adaptación también. El proceso de narración en los tres cuentos me parecen muy naturales que al final es lo que buscamos.

      Veo que has añadido reflexión y bibliografía. Las preguntas creo que sería lo que más puedes mejorar, por lo demás todo perfecto.

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    2. Gracias Lucía.
      Te agradezco tu tiempo invertido en leer mi blog y ayudarme con todo lo que lleva tras de sí.

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    3. Está casi perfecto, Cristina. Solo te ha faltado hacer referencia a la morfología de los cuentos (viaje del héroe, motivos, funciones, etc).

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    4. GRACIAS IRUNE. Lo tendré en cuenta y siento que no haya estado a la altura.

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